Por Oscar Villeda
Una década después y como si fuese un cuento de hadas, el ex Diputado Local por el Distrito XIII (2008-2011) Juan Carlos Campos Ponce, podría darle al Partido Revolucionario Institucional (PRI) “un final feliz” siempre y cuando recupere el municipio de Zitácuaro, considerada como la plaza política más codiciada de la región Oriente del Estado de Michoacán.
Supuesto para el cuál deberá de sortear diversas adversidades, “toda vez que el caballero tendrá que enfrentar a múltiples dragones antes de reencontrarse con la princesa”; en primera instancia, el PRI deberá de definir si participará en Alianza o Coalición con algún otro partido a nivel municipal, cuestión que al menos a ras de suelo podría no convenir al tricolor dado el desgaste de las diversas fuerzas políticas, lo que facilitaría la lucha en solitario.
Cabe recordar que en las elecciones del año 2011 para la alcaldía zitacuarense, Juan Carlos Campos alcanzó sin ayuda de otros institutos 21 mil 210 papeletas que le dieron el triunfo sobre las candidaturas comunes de PAN-Nueva Alianza y PRD-PT, a las cuales superó por 8.21 y 13.74 puntos porcentuales respectivamente, ésta sería la última vez que el PRI accedería a la corona.
Actualmente la situación del priismo en la región no es la más favorable, pero al menos tienen una mejor posición en relación a los logros alcanzados por Acción Nacional (PAN) -cero-; Contepec, Senguio, Irimbo y Susupuato, son las únicas alcaldías en donde son gobierno, sin embargo carecen de diputados locales y federales.
Los viejos leones han partido, se han retirado o han buscado cobijo con otras manadas y sin líderes que los representen, la tan valiosa estructura conformada por sectores y organizaciones ha sido sumamente codiciada y tentada por otros partidos que les ofrecen mendrugos de poder.
Empero y con los recientes triunfos obtenidos en las entidades de Coahuila e Hidalgo sólo por mencionar, la militancia recibió un poco de oxígeno, y recuperaron el orgullo post revolucionario que alguna vez los hiciera grandes, avasallantes; en dicho contexto, su destino -al menos en Michoacán- se percibe poco favorable por el solio estatal e incluso por las diputaciones, mismas que al parecer ya han sido repartidas a través de la Alianza “Va por México” con miras a vencer al partido en el poder federal.
Es decir, la verdadera y única batalla del priismo será por los ayuntamientos, por lograr desempolvar de la memoria aquellas épocas gloriosas y por conquistar a las generaciones: Y (millenians 1981-2000) y Z (nativos digitales 2001 y 2002); no obstante, y sin olvidar a nuestro protagonista, Juan Carlos Campo además tendrá que librar sus propias batallas y los señalamientos de sus opositores para saber si podrá o no ser precandidato y posteriormente candidato del PRI, lo cierto es que en el horizonte no hay -por el momento- más principitos tricolor que levanten la espada dispuestos a combatir por el reino de Tsitákuarhu (Zitácuaro, del mazahua “lugar de Sogas”).
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