top of page

EL VIEJO PERRO Y SU COMITIVA.

  • Foto del escritor: Evolución en línea
    Evolución en línea
  • hace 9 horas
  • 3 Min. de lectura

Por Oscar Villeda

 

La comuna donde abunda el pescado, se encontraba inquieta, el lugar estaba a punto de renovación y quienes habitaban dichos lares, poco a poco comenzaban a confabular para obtener mayores beneficios a su favor, claro, argumentando ante los demás animales ser los verdaderos responsables de la transformación del bosque; la refinada hiena no dejaba de saborearse el banquete que habría de darse de obtener la corona, sus largos colmillos se asomaban a cada instante que esbozaba una sonrisa y sus filosas garras no eran menor que su ambición de suplir al viejo perro, que por azares del destino se había colocado en una posición nunca soñada, lo que le permitió llenar su cueva y la de su prole de una inmensurable cantidad de huesos para su pronto retiro.

 

No muy lejos del lago y sobre el peñón, habitaba una loba que durante décadas trató de alcanzar la magnificencia del sol, perdiendo al paso sus mejores años de casería, conformándose con algunas presas de insignificante valor; fue dicha razón, por la que, y por un tiempo, abandonó el sitio en búsqueda de una nueva jauría que la catapultará a otros niveles que le permitieran hacer realidad su fantasía, cambió de pelaje y regresó años más tarde al lugar del que partió, ungida por un manto carmesí oscuro, pero sin colmillos ni garras aunque aprovechando cualquier momento para vociferar a los cuatro vientos que, “ella continuaba siendo una gran loba ahora respaldada por otros reinos”, declaraciones que ya nadie creía, mucho menos una zorrita de larga y brillante cola, que había conseguido estrechar favores y amistad con el viejo perro, obteniendo poco a poco el poder que codiciaba y así, tener voz dentro de cada reunión aunque desconociera por completo de los temas que se trataban, y que mejor convenían al bosque, convirtiéndose en el hazmerreír de las bestias ante quienes justificaba su ineptitud por la falta de experiencia.

 

La hiena, la loba, la zorrita y el viejo perro, todos directa o indirectamente habían servido años atrás a la comuna, bajo las órdenes de una muy alegre liebre que siempre veló por su camada; y si bien es cierto las grandes fiestas eran comunes, nunca dudo en proteger a los animalitos de su reino -al menos proveyéndolos de seguridad y salud-, pero no todo era miel sobre hojuelas, ya que se avecinaba una tormenta; la comarca solicitaba el cambio del poder y un nuevo contendiente se levantaba sobre el horizonte, era un sabueso de largas orejas que tocaban el suelo, piel café con blanco y buen olfato que contaba ya con gran simpatía, lo que aseguraba el triunfo, motivo por el que comenzaron los complots internos, envidias, deslealtades y traiciones, cambiando el bienestar comunal por intereses particulares, despojando del puesto al sabueso con la victoria en mano, y dejando a un viejo perro en su lugar.

 

Desde entonces el bosque perdió el equilibrio, los lagos comenzaron a secarse y los peces no eran suficientes para satisfacer las necesidades, miles de animales migraron y las quejas de quienes permanecieron en él no tenían eco; en tanto el viejo perro y su comitiva disfrutaban a sus anchas, buscando la manera de perpetuarse en el poder con leyes absurdas, pues había mucho en juego e iniciaron una férrea oposición queriendo proteger sus posesiones a toda costa; sin embargo, la fecha del cambio se aproximaba y el sabueso pretendía recuperar lo que por derecho le fue arrebatado, en su andar por el territorio comenzó a concretar alianzas con las aves, felinos, insectos y todo aquel que estuviese descontento por el mandato del canino y su cortejo, mismos en cuyas fauces se han comenzado a trazar líneas de temor ante la eminente premisa de la derrota, ¿a quién debemos acudir?, “¿a dónde iremos si perdemos?, ¿quién nos protegerá? se preguntan sin respuesta alguna. Empero, el tiempo continúa su andar, al igual que la desbandada de súbditos, solo que en esta ocasión para abandonar el proyecto del viejo perro.


Commentaires


  • Twitter
  • Facebook

El contenido de estas páginas se encuentra protegido por la Ley. Si lo cita, por favor diga la fuente y haga un enlace a la nota original de donde usted lo ha tomado. Oscar Villeda. Todos los Derechos Reservados © 2023.

bottom of page