Por Oscar Villeda.
Zitácuaro, Mich. a 7 de Diciembre del 2020.- El desconocimiento absoluto de algunos perfiles, la visible muestra de que -más de uno- sólo buscan reflectores, ambición personal o quizá “cierto interés autentico”, fue visible durante el registro de aspirantes para ocupar el cargo de gobernador del Estado de Michoacán por el partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
En total fueron 18 hombres y 11 mujeres que entregaron a la Comisión Nacional de Elecciones, la documentación establecida en la convocatoria de registro para participar del proceso de depuración del que saldrá avante un candidato al solio michoacano; acción que, y guardando las justas dimensiones emula -sin querer- el capítulo de la serie animada conocida como los Simpson, en el que todos los pobladores quieren ser alcaldes de Springfield.
¿Por qué 29 personas suspiran por proyectarse?, quizá sólo sea para “sobrevivir políticamente”, para alcanzar negociaciones que les permitan obtener alguna ganancia: regidurías y presidencias municipales, diputaciones locales y federales -plurinominales, claro-, etc. La premisa de que cualquiera puede aspirar a dicha cargo de elección popular a todas luces resulta surrealista, una fantasía para muchos, pero que a su vez vende la ideología de un partido “del pueblo, para el pueblo”.
Atrás quedó el legado tricolor del “ungido”, del dedazo, del candidato único al que todos deben apoyar acatando la disposición del partido, esa disciplina que durante décadas mantuvo al Revolucionario Institucional (PRI) en la cima y que, con sus bemoles limitó la insubordinación, que posteriormente provocaría el nacimiento de diversos institutos políticos, entre ellos el Partido de la Revolución Democrática (PRD) e irónicamente Morena.
Pero ¿qué hay que esperar en los próximos días?, un amigo pragmático diría “de todo como en botica”, es decir: golpeteo mediático -que ya ha iniciado con descalificaciones-, anuncios publicitarios a través de los diferentes medios de comunicación y redes sociales, descartes, declinaciones que favorezcan a actores con mayor peso político o con un proyecto diferente -que por supuesto convenga a los intereses personales- previo al resolutivo que definirá “democráticamente” al mejor candidato para Michoacán…y definitivamente para Morena.
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